Reeditar un álbum es una buena ocasión para repasar extremos que quizás en su día no quedaron perfectamente definidos en el master, da igual si se van a fabricar CDs o si se trata de una reedición digital.
Un ejemplo pueden ser los OFFSET de las canciones. En determinadas épocas y casos no siempre se fijaban los offset adecuados, siendo frecuente encontrarse con "discos comerciales" donde este parámetro técnico, perfectamente definido por la normativa, no se cumple. En el caso de la primera canción de un álbum, puede ser un defecto grave.
Un offset muy corto o inexistente puede hacer perder parte del sonido inicial en las conversiones digitales y/o al reproducir el archivo, debido a los sistemas digitales de corrección de errores que cortan el audio durante los milisegundos iniciales necesarios para su activación.
Por otro lado, hace años no se incorporaban los metadatos en los CDs, el CD Text no estaba implantado y en muchos casos ni tan siquiera los códigos ISRCs eran introducidos.
El nivel de los primeros CDs era normalmente bajo, bastante más bajo de lo que ya permitía la técnica, y el mastering era en muchos casos inexistente.
El nivel de los primeros CDs era normalmente bajo, bastante más bajo de lo que ya permitía la técnica, y el mastering era en muchos casos inexistente.
Todas estas razones, entre otras, hacen muy conveniente generar un nuevo master de producción a la hora de reeditar un álbum, especialmente si hace años del lanzamiento original o si el nuevo lanzamiento incorpora alguna nueva canción que casi siempre obliga a remasterizar/optimizar el álbum.
En 440 verificamos que los nuevos masters de producción, sea cual sea su origen, estén debidamente realizados, con un sonido adecuado y con todos los parámetros técnicos correctos.
En 440 verificamos que los nuevos masters de producción, sea cual sea su origen, estén debidamente realizados, con un sonido adecuado y con todos los parámetros técnicos correctos.